Qué hace Guinea Ecuatorial y que no está haciendo España, en la lucha contra el Coronavirus

 QUÉ HACE GUINEA ECUATORIAL Y QUE NO ESTÁ HACIENDO ESPAÑA, EN LA LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS.

Puede que suene sarcástico o incluso ridículo hacer una pregunta como la que planteo en el título de este artículo, pero viendo cómo están ambas realidades, pienso que es el momento idóneo para sugerir que España preste atención a lo que se está haciendo en su antigua colonia para mantener a raya los efectos del Coronavirus.

El mito más grande que le vendió la OMS al mundo entero fue: que si el virus chino era capaz de inquietar a la sociedad  europea al ritmo que lo está haciendo, pues sus efectos en África serían más devastadores. Afortunadamente, la Organización Mundial de la Salud se ha equivocado, y el continente africano, a fecha de hoy, se presenta como un lugar seguro: no sólo por sus altas temperaturas, y por su población más joven; sino también, por el modelo político que es común en todo el continente y que se parece más al modelo chino.

Dicho esto, pienso que toda Europa debería mirar a África en busca de una solución que si bien no responde a la desaparición del virus, por lo menos garantiza convivir con ello sufriendo los mínimos daños posibles. Después de las profecías del supuesto apocalipsis africano y sin tener claro para cuándo llegarían a África las vacunas, el continente negro sigue sin conocer ni la mitad de desgracia que ha sufrido solamente Italia.

Europa se encuentra inmerso en una tercera ola de camino a la cuarta, en una crisis sanitaria que comenzó hace un año. En este tiempo se ha llegado a desarrollar con éxito cuatro vacunas para una misma enfermedad, y sin saber por qué, cada vez los números siguen empeorando. Mientras en África, con su sistema democrático hecho a su medida, parece que el coronavirus solo es problema de los analistas y los miembros de Sanidad.

Pero no se olviden: esto va de España y de Guinea Ecuatorial.

Una de las debilidades que tiene España para frenar el coronavirus es su modelo territorial. Al haber demasiadas voces se producen muchos discurso y quieras o no; lo importante acaba en un saco roto porque no hay quien pueda hablar de manera tajante. Sin embargo, en Guinea Ecuatorial, al no tratarse de comunidades autónomas las normas son iguales para todos, de tal forma que se resta cualquier oportunidad de confusión.

También hay que mirar, en España, hasta qué punto se protege el trabajo de los sanitarios y cuál es la valoración política que le dan a sus instalaciones médicas. Porque en Guinea Ecuatorial, somos conscientes de que nuestros servicios médicos, con el Coronavirus caminando a sus anchas, se verían altamente superados, de allí que se haya limitado la circulación de los nacionales simplemente a su lugar de residencia. Y todo aquel que deseé salir de una ciudad a otra debe pagar los 50mil (71€) del PCR. Todo para evitar la propagación del virus.

El aparente fracaso del modelo español, también se explica por la invocación de la democracia en el momento equivocado. Si ciertamente coincidimos en que la lucha contra el coranivirus es toda una guerra como han asegurado todos los presidentes: no se entiende ese debate en el que está inmerso España, que se encuentra flotando entre el garantizar el derecho a la vida o atender a la presión social que todos los días se manifiesta en las calles.

Esas masivas concentraciones de personas, en espacios públicos, son claros focos de contagios. Si le prestamos atención a lo que dicen los mismos expertos europeos: es que el virus se engorda con esas reuniones. Y las consecuencias son las que estamos viendo traducidos en hospitales a punto de alcanzar su punto crítico y numerosos fallecidos por todo el territorio español.

No sugiero que España, de la noche a la mañana, se convierta en Guinea Ecuatorial, donde no existe la costumbre de protestar incluso por un trabajo digno, sino que en la medida de la gravedad se empiece a ser más consecuentes. Como ejemplo de esa seriedad, la antigua colonia española se blinda a la menor sospecha de que le están aumentando los casos, y por qué España no instaura el toque de queda como alternativa a su situación que cada vez se agudiza más.

En fin, mientras se lo piensa España, la única verdad es que hasta que no haya suficientes vacunas para inocular a un buen número de españoles, el Coronavirus seguirá manteniendo contra las cuerdas al cuarto mejor sistema médico del mundo (según se empeñó en decir Pedro Sánchez durante las elecciones), mientras en Guinea Ecuatorial, se sigue peleando por alcanzar un estadio cada vez mejor, al que se aspira llegar con la adquisición de la vacuna.