Prefiero que mis "políticos" hablen en castellano
PREFIERO QUE MIS "POLÍTICOS" HABLEN EN CASTELLANO. Por: Leoncio Marquez M . Es fácil notar cuándo un país está por la labor de ser potencia más allá del patio trasero de su casa. Hay que sólo mirar en cómo sus embajadores y demás representantes políticos se comportan frente a homólogos o a medios de comunicación de canales extranjeros. Gestos tan singulares que a primera vista nos pueden parecer detalles carentes de ningún valor, pero, que en el fondo, allí se esconde la capacidad de empezar a discutirle, sutilmente, el liderazgo a cualquier otro país, o para empezar a plantar las semillas que en un futuro harán mejor nuestra imagen frente a cualquier escenario internacional. Detalles como el idioma, por ejemplo, han catapultado a grandes picos, a países que de no haberlo tomado como una cuestión personal, todavía seguirían arrastrándose en el fango del anonimato, tratando de abrirse caminos en un espacio que ya está tradicionalmente repartido. Un ejemplo de ese éxito es, C