la culpa es de los extremistas

 

LA CULPA ES DE LOS EXTREMISTAS

Si con el siglo que está corriendo seguimos idealizando al deportista como alguien que le debe fidelidad a una bandera, a un escudo o a unos colores, es porque en el fondo no entendimos bien las reglas de juego.

Deberíamos partir, en todo caso, por entender la enorme empresa que descansa en las espaldas del éxito de un futbolista o deportista cualquiera, para llegar a visualizar el enorme rompecabezas en el que está éste embebido y que funciona, en base a qué decisiones debe él tomar en momentos puntuales.

Imaginemos, por ejemplo, qué estaría pasando por la mente de una jugadora experimentada como Jade Boho Sayo, para que ésta, de la noche a la mañana y después de ser campeona de África y de haberse apuntado para jugar en la máxima competición mundial, decida renunciar públicamente a la nacionalidad de origen de su madre, la cuál entre otras cosas le aportó el peso de su currículum.

Una de las cuestiones que nosotros obviamos, evidentemente como consecuencia de nuestra posición de inchas, es que nuestros ídolos, también son unos currantes que aman su trabajo y su profesión, que desean practicarlo en las mejores condiciones posibles, y sobre todo, ganarse el pan.

Si hay alguna profesión, mejor que otra, en el que sus profesionales son conscientes de lo que alguna vez pudo decir Jamin Dogg, aquello de que: "yo no visto fama, no me alimento de fama", son los futbolistas, y aunque les haga parecer eso a unos mercenarios baratos, en el fondo es así como consiguen sustentar la vida dentro de los mínimos que ellos marcan.

Y claro, el problema siempre es de los extremistas. Aquellos que sólo ven la vida con el grado de gafas que se ponen, y nunca se prestan a observar lo mismo, pero desde la perspectiva del que tienen en frente.

Después de aquellas frías declaraciones que la excapitana del Nzalang colgó en su cuenta de Twitter, y que a más de uno le pareció el pecado perfecto para acribillarle con insultos, como se hizo con Sebastian Migné (último seleccionador de origen francés del Nzalang masculino) y con muchos otros que intentaron decir su verdad. Porque siempre están los extremistas, que sienten más por Guinea Ecuatorial que ningún otro. Y son ellos los que deciden: que del país de ellos sólo se puede hablar en positivo, pese a que aparentemente, sus organizaciones parecen padecer del síndrome del infantilismo permanente.

En qué mente sana cabe pensar, que algún jugador con los pies bien puestos, hambriento por conseguir títulos incluso en el tiempo extra de su carrera como es el caso de Jade, tenga que renunciar a la recompensa del trabajo que tanto la ha costado, para sentar y esperar a Guinea Ecuatorial que es incapaz de mantener viva su competición interna.

¡Suena absurdo!  Y así es como lo entendieron otras excelencias del Nzalang como Javier Balboa Osá, Iván Zarandona, Alberto Edjogo, y otros tantos que antes de regresar optaron por quedar, para no venir a ser víctimas del sarcasmo que están viviendo Rodolfo Bodipo Díaz, Genoveva Ayongman y otros, que se tragaron el cuento que les vendió el presidente de Futuro y Malabo King.

Es cierto que el futbolista o deportista, como cualquier trabajador, es normal que se deje seducir por las oportunidades del mercado. Gracias a ello disfrutamos de la genialidad de Salimimata Sompore y de la defensa Dorine Chuigoué.

Es cierto que, en la puja entre España y Guinea Ecuatorial, por Jade Boho, en el pasado España no haya apostado tanto por ella como lo hizo Guinea Ecuatorial. Pero, también es cierto aquello que dijo la futbolista en la entrevista con los periodistas de AhoraEG que: "hay que ser agradecidos en la vida y poner los pies en el suelo", y en mi opinión, esto es aplicable en ambos lados.

 

 

Comentarios

  1. El titular no convence mucho... yo creo que se ha de concretizar en el titular "el tema de fondo" de lo que se habla. Yo me he perdido un poco, porque no podía imaginar de qué son acusados como culpables los extremistas.

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  2. Interesante... Aunque no deberías echarle la culpa a nadie, después de todo los extremistas solo dan su punto vista...

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