La amnesia de los organizadores de los certámenes literarios

 LA AMNESIA DE LOS ORGANIZADORES DE LOS CERTÁMENES LITERARIOS.

Vamos a continuar hablando pero en voz baja sobre la enfermedad de los organizadores de los certámenes literarios en Guinea Ecuatorial, sin armar mucho ruido, no vaya a ser que los organizadores se enteren de que se está exponiendo su cuadro clínico ante desconocidos que nada tienen que ver con su malestar, y que en lo personal,  ya supone un gran calvario para ellos mismos.

Debido a que los estragos de esta enfermadad, causado por el estrés que provoca la sobre ocupación de responsabilidades, empiezan a ser cada vez más visibles entre los ojos de los que caminan a pie. Y por una simple cuestión de empatía y solidaridad, estimamos prudente recordarles a los organizadores a fin de que puedan continuar doblando sus esfuerzos por ocultar mejor los malos efectos que les está causando dicho transtorno.

No es de humanos deleitarse con la desgracia de los demás, sobre todo, cuando aquello que padecen les imposibilita cumplir con sus propias palabras. A demás, en el caso de nuestros convocadores de certámenes literarios esta enfermedad es más peligrosa porque: les coloca a la altura de cualquier cuentista barato que se puede observar en las calles de nuestra ciudad.

Pero también hay que reconocer el enorme trabajo que se ha venido dedicando a la lucha contra la Amnesia que padecen esos organizadores, aunque, casualmente, sólo se note cuando se tiene que retribuir el valor económico de los premios a los galardonados. Pero eso sí, de los cuatro años que se tiene información de la existencia de esta enfermedad, siempre se ha cumplido con los ganadores.

No obstante, sigue flotando por allí, en una nube negra, la sospecha de que en cualquiera de las futuras convocatorias, la enfermedad se encuentre muy avanzada, por una cuestión de tradición o acomodamiento, y los organizadores ya no sean capaces de evitar el bochorno que se ha venido cociendo aunque a fuego lento sobre el tejado de sus propias cabezas. 

Por ahora queda saber si 2021, no es este año, el año en que la enfermedad llega a su apogeo mientras a los ganadores se les distrae con las experiencias de las ediciones pasadas, que también tuvieron que convivir con el miedo en el interior de sus cuerpos, con la misma fe que ahora tienen los nuevos ganadores, de que alguna vez los organizadores tendrán que tomarse las pastillas para recobrar el sentido de la responsabilidad.

Pero para entonces, roguémosle a Dios de que dicha enfermedad no haya terminado de matar la poca paciencia y tolerancia que futuros concursantes o amantes de la literatura le dedican a las convocatorias de los certámenes en Guinea Ecuatorial, como sí ya lo ha hecho con la credibilidad y buena reputación que en algún pasado muy lejano, y del que ya no se acuerda nadie, pudieron gozar los convocantes.

Comentarios

  1. ¿Macho estas cabreado oor no haber cobrado todavía?... ¡Cuántos dardos venenosos!... Tienes que recordar que lo concierne a los mandamás no llega a tiempo, siempre llega tarde, pero llega... Tranquilo...

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  2. Para cobrar el pago del certamen Internacional Amafou Ndoye, pasé alrededor de un año y meses con los trámites y la espera despues de finalizarlos. Paciencia

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  3. Es cierto que el cabreo tiene su parte en todo eso. Pero, no encuentro que tenga sentido el que la gente no sea capaz de hacer valer su palabra, y después de todo tampoco expliquen por qué

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  4. Cuando te paguen, recuerda que leí tu dolor y eso se merece una buena recompensa 😅🤭

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  5. Respuestas
    1. Ciertamente con este artículo te has salido de tu propia meta.
      Ahora has resaltado algo “personal”, que solo te concierne y has dejado de lado a tus lectores. Procura no mezclar lo pero con lo profesional, porque siquiera esto parece una actualidad.
      Es más, el mismo artículo no está claro, si yo no supiese que ganaste el certamen de la AEGLE, no me enteraría de los disparos sin discriminación...
      Procura centrarte en lo que realmente importa y deja tus celos de cobrar atrás, que nadie lo pasa bien: todos necesitamos dineros, incluso los que lo fabrican

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  6. ¡Eeh, cuidado! Se sigue relacionando mal los concepto. Una cosa es que yo (o mi nombre) esté entre los que la AEGLE les debe dinero o les piensa alguna vez darle el dinero, y otra, que yo hable del tema.
    Aquí, no sólo hablo del despiste de la AEGLE (hay que recordar que hay otro certamen que está en las mismas o peor). No es bueno cuando se reduce el universo a un sólo planeta aun que sea esta la única que todos conozcamos

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