Los que entramos de manera fraudulenta en la administración

"LOS QUE ENTRAMOS DE MANERA FRAUDULENTA EN LA ADMINISTRACIÓN".

Se supone que ante una oportunidad con proporciones históricas como la que ahora está brindando este Gobierno a la sociedad ecuatoguineana en forma de posibilidades laborales reales, se debería andar con el nivel de consideración necesario y cordura, mucha cordura, a la hora de ofrecer discursos de cara a este público que si de algo están necesitados es precisamente de conseguir un puesto de trabajo. Y con qué se encuentran ellos: 

Con un ministro de la Función Pública, que donde dijo Pinto ahora dice Valdemoro, y que sus palabras pueden variar de acuerdo a si está en una entrevista en A Fondo o si él ha convocado una rueda de prensa.

Precisamente, esto va de su última rueda de prensa, donde el ministro tuvo que ponerse su chaqueta de presidente de la Comisión Nacional de Oferta de Empleo Público (cosa que tampoco entiendo por qué precisamente tuvo que salir él) para, aparte de salir a desmentir algunos rumores que circulaban entorno a las futuras oposiciones, también aprovechó el tiempo para retratarse ante los medios de comunicación. Y es que ya es sabido, a partir de la experiencia de Francisco Pascual Obama Asue, que los miembros de Gobierno no se saben comportar en público, de tal forma que a alguno se le calienta demasiado la lengua, y deja caer dos palabras de más, que solo cuando se ven en el Telediario se dan cuenta de la que han liado.

Para que nos entendamos. Fue en su última entrevista en A Fondo donde Eucario Bacale dijo: que los meritorios (personas que llevan trabajando en la administración pública sin nombramientos) a ellos no les hacía falta pasar por los exámenes, porque el Gobierno del cual él forma parte, se encargaría de que ellos a partir del proceso de selección puedan ser reconocidos de manera automática y formal como integrantes de la administración pública con todos los de ley, sobre todo: los de educación, prensa y sanidad. Hasta aquí todo bien, supongo.

El discurso viene a cambiar de tono y de contenido precisamente en la rueda de prensa en Bata, donde según palabras del propio ministro: los únicos que no tendrán que participar al examen son los de PRODEGE, ¿casualidad? No lo sé, pero lo cierto es que aquello sonó como una bofetada en la mejilla de todo aquel que después de sentirse en las nubes se vio obligado a bajarse de allí del tirón.

Claro que se podría estar de acuerdo con Eucario al decir que esos meritorios han entrado de manera fraudulenta en la administración, pero eso no justifica de ninguna manera el no saber reconocer la plusvalía que le aportaban esos no asalariados a una administración que sus propios funcionarios titulares lo dejaron tirados y no había nadie más, salvo esos ahora fraudulentos, para impedir la paralización de su actividad.

Esto es tan simple como "dar a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios". Los meritorios, pese a su entrada fraudulenta en la administración, han demostrado su utilidad, y lo necesitada que está esta administración pública de sus servicios como ellos del salario que deberían obtener por su compromiso y dedicación, y no ser tirados ahora que parecen tener la oportunidad de mejorar su condición.

Y yo que creía que es de buenas personas ser agradecidos; sobre todo con aquellos que ponen su disponibilidad y coheficiencia intelectual al servicio de un bien mayor como es el funcionamiento del  Estado. Esos deberían ser reconocidos y ayudados cuando no pueden ser remunerados como la calidad de sus prestaciones lo demandan, porque cuando así no fuera se estaría hablando de explotación laboral y abuso por parte del empleador hacia el empleado y, lamentablemente, si se cumpliese con las palabras del ministro: tendríamos a un Gobierno que apoya, públicamente, la idea de tener a señores que trabajan, pero que no cobran porque no son funcionarios con nombramientos; cosa que no creo que cuadre con ninguna idea de transparencia y justicia del que tanto ha pregonado a lo largo de esos 30 días el titular de la Función Pública.

Porque si hay algo que maneja de primera mano el propio ministro son sin lugar a dudas las estadísticas donde se refleja el dramático nivel de absentismo laboral que sufren los ministerios, y como en repetidas ocasiones él ha explicado, que éste ha sido uno de los poderosos motivos que obligan al Gobierno a convocar tal singular oferta de empleo.


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