ALÍ BONGO, EL ESPEJO DE NGUEMA OBIANG

No sería la primera vez que se tuviera que llamar presidente, a una persona cuyo único logro es haber nacido como hijo del presidente anterior.

L. Marquez Merino -Malabo

Ya habrá tiempo para que la historia, con luz y taquígrafo, nos termine de contar los por menores que han fraguado el final de Bongo hijo al frente del ejecutivo gabonés. Sin embargo, nos da la oportunidad de analizar los detalles socio políticos que restan después de que pasa lo que ha pasado en Gabón, y ver, naturalmente, cómo la caída del clan Bongo remueve los cimientos de la CEMAC.

Antes de seguir avanzando en este artículo es necesario que dejemos claro ciertos lineamientos, los cuales, advierto, constituirán el espíritu de esa discusión.

Y la primera de ellas es, desde luego, la creencia de que la probabilidad de que Nguema Obiang sea al menos investido presidente de Guinea Ecuatorial es de un 99%. El porcentaje restante es porque también se tiene en cuenta que debido a la vida conflictiva y desordenada que concurren en el hijo de Obiang Nguema, a nadie le sorprendería que él también acabe sumándose prematuramente en la lista de los muchos ecuatoguineanos que han visto truncadas sus vidas debido a una larga enfermedad que venían padeciendo. Y la única manera de que el valor del porcentaje que aquí se estima conozca alguna modificación a la baja, sería solamente si existiese un mínimo de respeto a la Constitución, cosa que estando donde estamos, suena descabellado.

Al incluir ahora el nombre de Obiang, me doy cuenta de que ése también podría ser, perfectamente, el otro factor a tener en cuenta. Al igual que sucedió en su día con el difunto Omar Bongo, también estamos frente a otro presidente con la enfermiza intención de querer heredar su cargo a su hijo, como si el gobierno ecuatoguineano o el gabonés, fueran monarquías, donde muerto el padre el hijo asciende de forma automática. Pero bien sabemos que lo que realmente le interesa a Obiang Nguema, como cualquier padre, es seguir protegiendo a su hijo a cualquier costa frente a los enemigos internos y externos que él solito ha cosechado. Y aunque seamos muy conscientes de que en mitad del camino se estuviera vituperando la normativa constitucional, y algunos, incluso, se rasguen los vestidos por la vergüenza propia, sobra reconocer que no sería la primera vez que se tuviera que llamar presidente, a una persona cuyo único logro es haber nacido como hijo del presidente anterior. Allí está Mohamad Idris Deby.

Advierto que no hace falta ser especialmente inteligente para fijarse en la similitud de ambos vecinos. Está claro que la suerte de Nguema Obiang no dista en parecerse a la de Alí Bongo, y si se mantiene el guión tal y como parece estar previsto podríamos acabar la próxima década con un cambio de fotos en los lapas y camisetas del PDGE, que al parecer, ése sería el último trámite, porque en realidad estamos hablando del presidente defacto de Guinea Ecuatorial. Y por lo tanto solo sería una muestra innecesaria de estupidez si el actual Vice presidente insiste en cometer los mismos disparates que han provocado el cabreo social gabonés, que aquí ya sabemos cómo acabó aquello.

El problema de Alí Bongo, y por supuesto el de Nguema Obiang, gira en torno a que sus carreras políticas las han hecho bajo las sombras de sus respectivos padres, y cuando les toca gobernar han de hacer uso de las mismas artimañas que les llevó a sus progenitores a aferrarse al poder mientras eran ellos practicantes, con la salvedad de que, en el caso del ex de Gabón, le costó un Golpe de Estado. De allí que para tener algo que legar a su hijo, Obiang Nguema tuvo que salir a llamar al orden, incluso a costa de contradecirse así mismo ante sus nuevos compañeros que, como él, a base de Golpes de Estado, ascendieron al poder.

Me toca recordarle, atento lector, que es de Obiang Nguema la frase de, "Guinea Ecuatorial no se inmiscuye en los asuntos de otros Estados". Pero, ¿de qué se va a hablar si en plena crisis subregional se convoca con carácter extraordinario a todos los del mismo aquelarre?

Bien, pongámonos en el supuesto de que el hijo de Obiang y Constancia Mangue, al igual que Alí en Gabón, también consigue gobernar en Guinea Ecuatorial. Desde luego que con él al frente del ejecutivo ecuatoguineano es más probable que cualquier intentona golpista acabe conociendo algo de éxito, un tanto porque, el pueblo, que nunca cuenta en el día a día político de este país y que, por supuesto, está cabreadísimo, le dejarán caer, tal y cómo ha pasado en Gabón. 

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