ENTREVISTA: "ANTES DE ELIMINARME, YO QUIERO COMER"
Nuestro interlocutor se llama Matías
Engonga, en su día a día se dedica a varias cosas, entre ellas: es docente
voluntario (imparte Historia del Mundo Actual en 2º de Bachillerato) en el INES
Bioko Norte, también es productor audiovisual y pintor. Se ha formado en Cooperaciones
Internacionales, y está finalizando su carrera en Sociología, en la UNGE.
Quedamos con él para que nos explique cómo fue su estancia en el centro
penitenciario de “máxima seguridad” de África Central de Ovengazem
A PIE -MALABO
Cuéntanos un poco tu historia. Qué es lo que te lleva
a la cárcel
En principio, le podría decir que
exactamente no lo sé, porque yo en ningún momento vi que se me acusó de algo,
simplemente, fui a la cárcel. Mi detención fue el 13 de mayo de 2022. Era sobre
las nueve de la noche (21H); justamente estaba en el estudio de producción
musical que teníamos montado mi amigo Jeyco y yo. Minutos después, llegó una
niña, quien nos alertó sobre la presencia de los policías en la zona. Así, tras
unos instantes, escuchamos los golpes en la puerta. Los militares habían
utilizado a Junior Awá (un expatriado camerunés que empleaba el estudio en
forma de peluquería) para intentar acceder a nosotros; pensando que el
expatriado habría dejado a más “extranjeros” en el lugar de trabajo de donde
les dijo que venía él. Es decir, en este sentido, cuando llegan, se da el hecho
de que los hermanos a los que Awá se refería no eran inmigrantes, sino nativos,
nosotros, en ese caso.
Los policías dijeron que abriésemos la
puerta, yo, personalmente, les pregunté: ¿vamos a abrir la puerta, en
concepto de qué? Y ellos nos dicen: os queremos decir algo, queremos que
hablemos sobre algo. Yo pregunto, ¿de qué algo no podemos hablar desde este
modo, siendo que ya estamos manteniendo una comunicación? Y nos responden: no,
abrir la puerta. Finalmente, y personalmente, decidí en no abrir la puerta
si es que no tenían una orden judicial; porque el hecho de que uno esté
uniformado no implica que tenga el acceso a entrar en una propiedad privada,
¿sabes? Por lo tanto, ellos tuvieron que proceder de una manera unilateral, ya
saben cómo, utilizando la fuerza. Rompieron la puerta golpeando con las culatas
de sus armas.
Como es costumbre social, en cualquier
propiedad privada se encontraría armas blancas: un machete, un martillo, una
sierra… Pero, muy aparte de eso, estos objetos estaban allí porque el lugar
estaba en obras. Como les dije en mi presentación, me dedico a varias cosas; como,
por ejemplo, la pintura. Desde luego, nosotros mismos empleamos el tiempo para
adecentar nuestro lugar de trabajo, porque fue difícil hallar a gente que nos
ayudara con eso. De igual manera, mi otro amigo, que también es productor, en
este sentido, ingeniero de sonido (vulgarmente, big miker), él ayuda,
colaborando como carpintero, porque tiene dichos conocimientos.
Ellos cuando llegan (los policías), van chequeando el lugar, después dicen: aquí están, “Los 8 Machetes”. Y cuando ellos encuentran algunos comprimidos (ibuprofenos, sobre todo) dicen que son ‘Tramadoles’. Al situarnos en el contexto de tramadol, dicen también que consumimos banga (lo dicen en fang: bá ñú báng). Cuando los militares creyeron pertinente que habían finalizado su chequeo, nos llevan a la comisaría del Mercado de Fish-Town. Una vez más, uno de los “agentes de la ley”, en su sano juicio, se toma la libertad de cortar algunas hierbas para después mostrarlas al comisario, diciéndole: ‘aquí está banga’, ‘eso es banga’ (lo dijo en fang: báng éñí, báng éñí). En este montaje de la película el comisario exclamó: ¡wau!, ¡eso es lo que llaman banga!; (lo digo en fang: ¡djomdí édebáluénná báng! Pero como tan bien sabemos, la sociedad ecuatoguineana no desconoce la hoja a la que nacionalmente llamamos banga, porque forma parte del producto interior bruto de nuestro país. Es una de las materias primas nuestras, asentada en la biodiversidad de la Región Continental (Añisok); y esa hierba no debe ser mal tratada. Desconocer su uso puede llevarla a un peligro de extinción, y eso es grave. Y tras el papel del comisario, dice: que les incluyan en la lista (lo dijo en fang: síába fur a lista).
A ti, junto a otros detenidos durante la Operación Limpieza, os quitan de Black Beach (Malabo), para llevaros a la Región Continental, ¿os comunicaron, a tu familia y a ti, sobre ese traslado? ¿Cómo fue el proceso?
Bueno, en principio, analizando eso dentro de lo que es un análisis de un hecho social riguroso, yo considero que este hecho fue un secuestro; porque en principio, ninguno de los familiares de la gente trasladada estuvo al tanto, y lo que hicieron es despistar a los familiares; porque cuando nos sacan de la gendarmería de Vigatana, en principio, dicen que nos llevan al juzgado Nº3 que está frente a Banca Privada, mientras que fuimos al Palacio de Justicia, Malabo II. Allí sí hubo esa confusión; teniendo en cuenta que cuando los familiares se fueron a aquel juzgado no encontraron a nadie allí. Y lo que hicieron es, la lista que trajeron del Ministerio de Seguridad o de la Gendarmería se la dieron al juez de turno; debido a que el asunto está aún en el juzgado de instrucción Nº1; y lo que hizo el juez, es simplemente firmar el documento en donde figuraban nuestros nombres. El policía que encontramos ahí ‘perdió su tiempo’, es decir, invirtió su tiempo, ya que quiso saber lo que estaba sucediendo. Nos dijo: “si nos llevan a donde dicen llevarnos, pasaremos mucho tiempo allí, que nos están castigando por las cosas que hemos hecho” (le bajaban lágrimas). Nos ofreció su teléfono (aquí lo llaman gota) para que pudiésemos llamar y hablar con los familiares, a ver si podían acudir rápidamente. Fíjate que, incluso el juez que firmó este proceso estuvo penoso, ya que, también le bajaron lágrimas. En consideración de nuestra detención en la noche del viernes, pasamos otra noche (domingo) en la gendarmería, y el lunes es cuando nos trasladan al centro penitenciario de Black Beach (Malabo, Capital de la República de Guinea Ecuatorial). Así es como se fraguó todo este procedimiento.
A todo eso, ¿Cómo estuvo el papel de los medios de comunicación?
La única vez que nos sacaron de la celda era para filmarnos en la televisión pública. Pero lo más llamativo es que, incluso la televisión forma parte de este montaje. Yo lo justifico a raíz de que, una vez que llegó la televisión, los agentes de la ley les dijeron que no empiecen a filmar el acto porque aún estaban montando el escenario. Cuando yo digo montar el escenario, significa: sacan un machete, te lo dan; cogen un televisor que tienen en el almacén, te lo dan; cogen un paquete de marihuana, te lo dan; todo esto, delante de los familiares. Al terminar con el montaje del escenario es cuando la prensa ahí presente comienza a filmar. A eso, yo le llamo película. A mi amigo y yo nos quisieron hacer lo mismo, pero me negué; porque no podía agarrar algo que desconozco. De hecho, si reproduces el vídeo del informativo del 15 de mayo del 2022 en los medios nacionales, verás que no llevo nada cogido en la mano. Me quedé sorprendido.
Qué es lo que tú recuerdas de vuestra llegada a OVENGAZEM
Ten en cuenta que nuestro traslado se hizo nosotros esposados, metidos en estos coches
patrullas, que aquí llamamos cangrejos, y también, en autobuses
penitenciarios, en la ruta de la presidencia, la vía de Elá Nguema, con
dirección al centro comercial EGTC y seguir la autovía para al aeropuerto de
Malabo.
En la madrugada (entre las 02H y las 03H) del miércoles a jueves, 17 de mayo de 2022 es cuando cruzamos el océano y llegamos al aeropuerto de Mongomoyeng (Wele Nzás) y a la cárcel de Ovangazem. Nos hacían un toque de entrada (una paliza de muerte). Antes de tocar el suelo te daban buenas somantas, después te atan con una cinta en los ojos y en las manos, o sea, tú estás con las…, luego te dicen que ahora debes andar, recibiendo los golpes por cualquier parte de tu cuerpo. De hecho, hubo fracturas, daños internos; y a raíz de esos daños yo creo que se puede justificar el hecho de que hubo muchas bajas, porque no hubo atención sanitaria. No había. Solo que cuando la situación se volvió embarazosa se empezó a tener algo de cuidado, apaciguando los hechos, un poco de atención y todo lo demás.
¿Hubo un momento en el que vino a visitarte algún
familiar tuyo? ¿tuviste esa oportunidad?
Las condiciones, el reglamento, y por ser
el tipo de presos que éramos allí, no se nos permitió dicho lujo. Había...
había otros tipos de presos allí. Porque justamente los de la intentona
golpista, allí es donde están. Y según lo que indicaba el reglamento
interno: la visita se realiza, no sé si cada 6 meses, y
también se telefonea una vez en dicho tiempo, algo así ponía… En realidad,
yo lo vi como que simplemente era una forma de justificar los dictados
universales en los centros penitenciarios. Es decir, para hacer, ver y creer en
el cumplimiento de los “Derechos Humanos”; ya que nada de eso se respetaba.
Solo
por matizarlo, ¿guardas alguna relación con Los 8 Machetes o con alguna otra
banda callejera?
Yo no tengo ningún vínculo ni con Los 8 Machetes ni con ninguna pandilla callejera. Simplemente, soy un investigador social. Aunque debo admitir que soy una persona que ha vivido esa vida de la calle y al mismo tiempo, toda la información o el movimiento que pasa en la calle ya me sirve para mis conocimientos de análisis social. Porque, muy antes de que viniera a estallar lo que denominamos la persecución a Los 8 Machetes o la campaña hacia ellos, ya que así es como lo veo, pues hubo un momento en que haciendo mi trabajo acerca de la "Explotación de Menores y Trabajos Infantiles" en el mercado Semu, tuve que hablar con un amigo que entonces trabajaba ahí de carretillero para que me hiciese un hueco. Entonces, un día saliendo de Sumco (Ela-Nguema) con nuestras carretillas, en dirección al mercado, vimos a un grupo de jóvenes (alrededor de 20, comprendidos entre 15 a 20 años) saliendo justo por donde se encuentra una sucursal de SEGESA, vestidos de todo negro y cubiertos con ropa pasamontañas, y con machetes. Con este panorama, una señora (adulta), que iba delante de nosotros, decía en fang: ¡kié, kié, este sitio otra vez!, esos niños hoy otra vez. (¡Kié, kié, evóm dí!, ébuán bá, bo berya só.). Comenté lo sucedido en una clase de Técnicas de Investigación Social, con el profesor y el resto de compañeros, en donde deducimos que la delincuencia está subiendo paulatinamente, solo que las autoridades no se han dado cuenta. Y fíjense que ya en el año 2022 estalla el famoso grupo, Los 8 Machetes.
Después
de todo por lo que has tenido que pasar, ¿crees que realmente estaba
justificada la Operación Limpieza?
¡Haber!, ¿por qué no se hace que, si hay una zona que está siendo afectada por los mosquitos; no se procede de una manera… con esos mosquitos? Haber, donde hay mosquitos lo que se hace es una campaña, distribución de telas mosquiteras, rociamiento del lugar y del hogar, y esas cosas…; esto es un estudio. Ahora, cuando son personas, también se tiene que realizar un estudio. Muy a parte que se va a mirar si este ha macheteado o no, ha matado o no, se tiene que estudiar. El estudio que sacarán los profesionales, dispondrá de recomendaciones; y con dicha estructura se puede ofrecerlo al órgano superior (el Ejecutivo), dando garantías de tiempo para observar el comportamiento, previniendo modificaciones de conducta para mejorar el cambio de actitud y aptitud. Y no de repente, operar, para limpiar sin más. Entonces, actuar así no es propio de una limpieza. ¿A quién se ha limpiado? Yo lo consideraría Operación Limpieza cuando los jóvenes que han pasado por ahí, pues, como mínimo, tras su regreso a la inserción social han podido ser formados en una cuestión ocupacional (un oficio). Y lo único que se puede notar, es que desde estos centros penitenciarios solo se está mediocrizando más a jóvenes y adolescentes. Ya que, disponer de un papel o de algún otro objeto de lectura allí, significa que se te quite la comida durante días, debido a que, allí no puedes tener lo que los agentes no te han dispuesto.
El tema de la comida, el agua, la higiene personal, ¿Cómo se resolvían en la cárcel donde has estado? Nos comentaste una vez que hasta tuvisteis que montar una manifestación.
No se permite, ¿sabes? Hay un momento donde la persona dice que ¡ya!,
¡basta! Le hagas lo que le hagas. Porque en principio, no se puede disciplinar
a una persona. La única disciplina que puede tener una persona es la que se da
así misma. Ahora, estando en un lugar como el que estuvimos, lo más importante
era poder comer, otra cosa más, no. Entonces, lo de la Revolución de la Chop
(Revolución de la Comida), yo lo voy a llamar así (se ríe). Diciendo las cosas
tal como son, estas cosas pasan por la corrupción, porque la distribución nunca
fue de forma equitativa, ya que los “oficiales de Malabo o Bata” daban trato
especial a los presos según su sentimiento y emoción donde fueron formados. De
ahí la disconformidad entre las partes de las celdas (planta baja, Malabo; y
primera planta, Bata). Y esto causaba recelos. Lo decidimos así porque, si ya
estamos viviendo una miseria aquí, si nuestras vidas ya las han
reducido a nada, ¿de qué sirve morir de hambre si hay una comida que se
manda y no nos la quieren dar? Pues, más vale exigir, porque
de este lugar más no nos pueden mandar a otro peor. Si ya estamos
en el centro penitenciario de “máxima seguridad” de África Central, no
del país, según lo que ellos mismos decían; ¿Dónde más nos
pueden llevar? Lo único que esperas es ser eliminado, y para que esto
ocurriese, antes de eliminarme, yo quiero comer.
Que me den la comida. Eso es lo que desencadenó el descontento y la huelga o la
manifestación.
¿Piensas demandar al Gobierno de Guinea
Ecuatorial o, que el Estado se disculpe contigo?
Bueno, es algo que deberíamos esclarecer
un poco antes, porque en realidad, allí nos decían que, teníamos problema con
el Estado, ya que según ellos: nos acusaba el Estado. Y yo creo que, dicho así,
la acusación es grave. Sí, porque el Gobierno es una pequeña estructura
administrativa, pero el Estado, ya forma parte de todo el ámbito. Si nos
remitimos a todo el proceso que hemos sufrido, lo que se concluye
ante lo firmado, son principalmente tres atenuantes: alteración
del orden público, consumo de estupefaciente y violación;
aunque había otra causa, cual en estos momentos no logro recordar. Y en línea
respectiva a la pregunta, sí, aunque de aquí al año 2.500, dejaré
un escrito para mis bisnietos, porque según lo que yo firmé, es el
Estado quien me acusa. O, a lo mejor han utilizado el término Estado para
lavarse las manos.
Al Estado le dejaría un poco a parte. Es más
al Gobierno, al Ejecutivo. La cuestión del Estado es simplemente que se tiene
que ‘resocializar’ a nuestra sociedad. Es decir, fomentar lo que es la
instrucción (educación, ilustración, civilización) a la población, porque es
mediante esas claves que vamos a superar ciertos desafíos que ahora mismo no
podemos entender.
No comment... 🎭
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